Entrada 2. Equipo 2. MODELO ECÓNMICO-REPRODUCTOR: LA PERSPECTIVA DE L. ALTHUSSER Y LA PERSPECTIVA DE BAUDELOT Y ESTABLET.
MODELO ECÓNMICO-REPRODUCTOR: LA PERSPECTIVA DE L. ALTHUSSER Y LA PERSPECTIVA DE BAUDELOT Y ESTABLET.
Modelo económico–reproductor.
El modelo economía–política de reproducción ha ejercido influencia en las teorías radicales sobre la enseñanza. Este modelo ha tenido influencia en las teorías sobre los planes de estudio ocultos, sobre los estudios de política educacional y en investigaciones etnográficas.
El vínculo entre economía – política, supone cuestionarse la relación entre enseñanza y sociedad. La interrogante que surge de esta relación es de qué forma funciona el sistema educativo en la sociedad. Por otro lado, supone cuestionarse la forma en que las escuelas tienen influencia sobre las ideologías, las personalidades y las necesidades de los estudiantes. Los teóricos que desarrollan estos planteamientos, coinciden en hacer mención de la relación entre poder y dominio y la relación entre enseñanza y economía. En este sentido, el poder se puede definir y examinar en su función como mediador y legitimador del dominio de una clase sobre otra y la subordinación en el ámbito económico. Se conforma una tríada donde el poder permite la entrada del dominio y las relaciones que tienen su base en la escuela. El poder funciona como mediador y legitimador de las relaciones de dominio y subordinación en los intercambios económicos y opera para reproducir las desigualdades entre clases, razas y sexos, en función de satisfacer los intereses de la acumulación y expansión del capital.
Giroux en su explicación sobre este modelo económico – reproductor, desarrolla de manera breve, diversas teorías en torno a ese modelo. Explica en primer lugar, la teoría de la correspondencia de Bowles y Gintis: en esta teoría se postula que los patrones de valores, las normas y habilidades que caracterizan la dinámica de la sociedad capitalista, se reflejan en la dinámica social que se da en el salón de clases. Para ellos, es través de las relaciones sociales que se producen en el salón, que la enseñanza inculca a los estudiantes actitudes y disposiciones necesarias para que estos acepten los imperativos de la economía capitalista. De tal modo, las relaciones de enseñanza traen consigo la lógica capitalista para poder “enseñar” diferentes habilidades, actitudes y valores a estudiantes de diferentes clases sociales, por tanto, el resultado que se obtiene es que la división social del trabajo se vea reflejada en las escuelas. Esto es posible mediante la ideología de la clase dominante que es incorporada por medio de los planes de estudio ocultos, lo que significa que las relaciones sociales que se dan en el interior del salón de clases, traen consigo mensajes específicos que legitiman las perspectivas de trabajo, la autoridad, las reglas sociales y los valores de la lógica capitalista.
Las dos últimas explicaciones que Giroux desarrolla en torno al modelo económico - reproductor, son la teoría de la ideología de Althusser (1974) y el trabajo desarrollado por Christian Baudelot y Roger Establet (1975). Estos trabajos teóricos se explicarán a continuación.
Perspectiva del marxismo estructuralista de Althusser.
L. Althusser fue un filósofo francés con ideas marxistas de las que recuperó diversos postulados para problematizar distintos fenómenos de la sociedad capitalista.
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| Louis Althusser (1918 - 1990) fue un filósofo marxista de origen francés. Reconocido por su aporte sobre el tema de la ideología y los aparatos ideológicos de Estado. |
Althusser desarrolló el concepto de reproducción, el cual define como “Aquello que distingue las fuerzas productivas de los medios de producción”, el cual se es reflejado en las condiciones de producción (Althusser, 1974: 104), ya que para que exista una formación de carácter social es necesario producir y reproducir las condiciones en un espacio social que beneficie a la clase dominante, así como la reproducción de reglas dentro de un orden social (ideología).Ahora bien, no solo hay un proceso reproducción en la fuerza de trabajo, sino en instituciones capitalistas como la escuela.
Althusser afirma que las escuelas son sitios sociales (y esenciales) en donde se reproducen las relaciones capitalistas de producción. En términos de la teoría marxista, las relaciones de producción se refieren a las relaciones que los individuos mantienen entre sí en el proceso de producción, esto implica una jerarquización social entre quienes son poseedores de los medios de producción y los que no son poseedores de esos medios de producción. Althusser afirma que no puede existir producción sin asegurar primero la reproducción de las condiciones materiales de producción, es decir, la reproducción de los medios de producción y sin reproducir nuevas fuerzas productivas.
En primer lugar, para asegurar la reproducción de la fuerza de trabajo se debe asegurar al proletario un medio material con el cual se pueda reproducir, este medio es el salario. De esta manera, el salario representa “Parte del valor producido por el gasto de la fuerza de trabajo” (Althusser, 1974: 105), a su vez, el salario proporciona la reconstitución de esa fuerza de trabajo del proletario al permitirle pagar su alojamiento, vestimenta y comida, o dicho de otra forma: El salario le permite al proletario tener las condiciones que le permitan recuperar su fuerza de trabajo para poder venderla nuevamente al capitalista. El salario también permite que el proletario pueda “criar” a sus hijos y pueda otorgarles educación, educación que reproduce esa misma condición de clase. Althusser afirma que no basta con reproducir esa fuerza de trabajo, sino también que se hace necesario que esa fuerza sea competente y que sea capaz de participar en el proceso de producción.
La fuerza de trabajo debe ser diversa y estar calificada, por diversa se entiende que debe responder a las múltiples exigencias de la división técnico – social del trabajo en los diversos puestos y empleos existentes. Es así como esa reproducción de la fuerza de trabajo calificada solo se puede asegurar en el sistema educacional capitalista y en otras instancias o instituciones.
En segundo lugar, Althusser afirma que en la escuela se reproducen: 1. Habilidades y reglas de la fuerza de trabajo y 2. Relaciones de producción. La reproducción de las habilidades y de las reglas de la fuerza de trabajo implica que los estudiantes aprendan a leer, escribir, sumar, cierto número de técnicas y otros conocimientos, los cuales tienen relación directa con los diferentes trabajos en la producción. Es decir, existe un tipo de instrucción para los que serán trabajadores manuales, para los técnicos, para los ingenieros y para los que ocuparan puestos de gerencia de nivel alto. Por otro lado, la escuela también enseña reglas del buen comportamiento: Aquí se enseñan las actitudes que deben adoptar los sujetos en la división del trabajo. Siendo éstas las reglas morales y cívicas; y la conciencia profesional que no son más que reglas de respeto por la división social del trabajo y por las reglas impuestas por la clase dominante. Esto implica que la reproducción de la fuerza de trabajo y de las relaciones de producción, implica “Reproducir la sumisión de los trabajadores a las reglas del orden establecido” (Althusser, 1974: 107). Pero, ¿Cómo se hace posible la reproducción de dicha sumisión sin que los educandos estén conscientes de ello? Es ante este escenario que la ideología dominante surge como el instrumento capaz de reproducir esas relaciones de producción y sobre todo, de asegurar la dominación de la clase dominante. Con esto, Althusser afirma que la reproducción de la fuerza de trabajo y el dominio que se da dentro de las escuelas, tienen lugar a “espaldas” de los profesores y de los estudiantes por medio de los planes de estudio ocultos.
| La enseñanza que se produce en las escuelas tiene el objetivo de transmitir la ideología dominante y de reproducir las relaciones de producción, por medio de la enseñanza de habilidades y conocimientos que se sujetan a la división social del trabajo. |
Por otra parte, Althusser hace mención sobre la “metáfora del edificio” de Marx, está la abordó para explicar los aparatos ideológicos de Estado. Según la teoría Marxista, la metáfora del edificio se refería a que la estructura de la sociedad estaba formada por “niveles articulados por una terminación específica”: la estructura (se encuentran las relación de producción y fuerzas productivas), y la superestructura (en la cual se divide en dos Jurídico- política y en instituciones). En ese sentido, esta metáfora tiene por objeto “representar la determinación en última instancia por medio de la base económica” (Althuser, 1974: 109), es decir que la estructura económica determina la superestructura y un conjunto de instituciones. El mayor problema es que esta metáfora se queda en el “plano descriptivo”.
Althusser, por otra parte, retoma la discusión sobre el Estado, ya que de aquí parte su tesis sobre los aparatos ideológicos del Estado. El Estado es entendido como “aparato represivo”, el cual interviene como fuerza de apoyo y al servicio de las clases dominantes. Los autores marxistas, han definido al Estado como una “realidad más compleja” y al aparato del Estado como aparato represivo el cual solo funciona de manera violenta en situaciones que no pueden ser controladas.
Althusser se concentra en distinguir lo que es un aparato del estado y lo que es poder del estado, él afirma que el Estado desde la concepción de los clásicos del marxismo es visto como un aparato represivo, el cual permite que la clase dominante asegure su dominación sobre la clase subordinada (proletariado). Esta dominación se logra mediante un aparato especializado el cual se distingue a partir de su práctica jurídica, siendo algunos de sus elementos: La policía; los tribunales y prisiones; y el ejército, el cual interviene como fuerza represiva en última instancia en los conflictos sociales. Por encima de estos elementos pero que también conforman al aparato del estado, se encuentran el jefe del Estado, el gobierno y la administración de ese gobierno. El poder del estado se refiere a la lucha política en torno a la conservación de ese poder mismo que reside en el Estado por una clase determinada.
Esta discusión sobre el Estado la retoma Althusser porque para él, se hace necesario no solo distinguir entre aparato del Estado y el poder del Estado, sino que se debe reconocer una tercera realidad en relación con el Estado, ésta es: Los aparatos ideológicos del Estado. Se les llama así a “Cierto número de realidades que se presentan al observador inmediato bajo la forma de instituciones distintas y especializadas” (Althusser, 1974: 15), se caracterizan en su mayor parte por ser del dominio privado y funcionar mediante la ideología.
Los aparatos ideológicos del Estado.
Los aparatos ideológicos del Estado se presentan en forma de instituciones precisas y especializadas, por ello se pueden distinguir aparatos ideológicos del estado religiosos (el sistema de las iglesias); escolares (el sistema educacional de escuelas públicas y privadas); familiares; jurídicos; políticos; sindicales; de información (la televisión, prensa, radio); y culturales (literatura, artes, etc.). La diferencia entre los aparatos ideológicos del Estado y el aparato del Estado (el cual es represivo) es que los aparatos ideológicos son diversos y sobre todo, que la mayoría de éstos pertenecen al dominio privado, por privado nos referimos a las instituciones o entidades privadas, como la iglesia, la familia, los sindicatos, algunas escuelas, etc. Althusser recalca que en realidad lo que importa no es tanto sí esas instituciones son públicas o privadas, sino el funcionamiento de esas instituciones. Es así como la distinción fundamental reside en que el aparato del Estado funciona de manera represiva, mientras que los aparatos ideológicos del Estado funcionan mediante la ideología. Un punto interesante es que si bien los aparatos ideológicos del Estado no funcionan en primera instancia de forma represiva, si lo pueden hacer de manera secundaria, mediante una represión disimulada o simbólica. Por ejemplo, en las escuelas esta represión se ve ejemplificada de forma simbólica por medio de los castigos, exclusiones o sanciones.
Cabe recalcar, que lo que unifica en todo caso la diversidad de los aparatos ideológicos del Estado es el funcionamiento de estos, es decir, en la medida en que siempre funcionan bajo la ideología de la clase dominante que detenta el poder en el Estado.
Es así como Althusser ve en los aparatos ideológicos del Estado el lugar para la lucha de clases, ya que en los aparatos ideológicos “La clase que detenta el poder no dicta la ley con tanta facilidad en los aparatos ideológicos del Estado como en el aparato del Estado”. (Althusser, 1974: 119). Es decir, la resistencia de la clase dominada o del proletariado, puede encontrar lugar o medios en esos aparatos para poder expresarse y poder transformarlos en aparatos de lucha.
En términos generales, la escuela y otras instituciones integrantes de las sociedades capitalistas funcionan como aparatos ideológicos del Estado, ya que reproducen la ideología dominante por medio de lo que se enseña o imparte. Althusser comprende a la escuela como un factor determinante en la representación de un sitio social importante y esencial para reproducir las relaciones capitalistas de producción.
Teoría de la ideología de Althusser.
Giroux afirma que la teoría de la ideología de Althusser tiene un “doble significado” de cómo la ideología dominante se reproduce en la escuela. El primer significado se refiere a un conjunto de prácticas materiales en donde los profesores y los estudiantes viven sus experiencias cotidianas. De esta forma, la ideología existe de forma material en rituales, rutinas y prácticas sociales que estructuran el trabajo diario en la escuela. El aspecto material de la ideología cobra mayor claridad en la arquitectura de las escuelas, de los salones separados, oficinas y áreas de recreo, ya que estos espacios y sus divisiones afirman un aspecto de la división social del trabajo, ya que cada espacio se organiza de forma diferente según este destinado a los profesores, estudiantes, administradores, etc. El segundo significado se refiere a la intencionalidad de la ideología, ya que según Althusser (explicado desde Giroux), la ideología no produce ni conciencia ni obediencia voluntaria. En cambio, la ideología se define como sistemas de significaciones, representaciones y valores que se encuentran inmersos en prácticas que estructuran el inconsciente de los estudiantes.
Pasando a la tesis central de Althusser referente a la ideología, este menciona que los aparatos del Estado funcionan mediante la represión y la ideología, la ideología sin embargo se concentra en los aparatos ideológicos del Estado, los cuales son “relativamente autónomos”. La ideología para Althusser, es “El sistema de ideas, de representaciones, que domina el espíritu de un hombre o de un grupo social” (Althusser, 1974: 128), es decir, son ideas que caracterizan a un grupo social o colectividad. Las ideologías además, no tienen historias propias, pero en última instancia, la historia de las ideologías son determinadas por una lucha de clases. Afirma que la ideología en general no tiene historia, siendo esto un sentido positivo, ya que lo propio de la ideología es estar dotada de una estructura y de un funcionamiento que la convierten en no histórica, ya que esa estructura y funcionamiento se encuentran bajo una forma inalterable.
Para explicar su tesis sobre la estructura y el funcionamiento de la ideología, Althusser propone una tesis negativa y otra negativa. Su tesis negativa sobre la ideología consiste en expresar que ésta representa una relación imaginaria entre los individuos y sus condiciones reales de existencia. Ya que las ideologías no son más que concepciones del mundo, no realidades. En este sentido, la ideología es en mayor parte imaginaria. Sin embargo, se suele aceptar que sí puede aludir a la realidad y que basta con saber interpretarlas, para poder encontrar la realidad misma del mundo. (Althusser, 1974: 132). Althusser afirma que en todo caso, la ideología no representa las condiciones reales de existencia de los individuos, sino que más bien, representan la relación que estos tienen con las condiciones de existencia. La ideología representa las relaciones imaginarias de los individuos con las relaciones de producción y con las relaciones que de ellas se derivan. Por tanto, la ideología no representa las relaciones reales de la existencia de los individuos, sino las relaciones imaginarias de esos individuos con las relaciones reales en las que se encuentran.
Su tesis positiva consiste en afirmar que la ideología tiene existencia material. Esto se refiere a que las diversas ideologías existen dentro de un aparato y/o en sus prácticas, las cuales son siempre materiales. La relación imaginaria de los individuos en relación con sus condiciones reales de existencia tiene existencia material. Esta materialidad se expresa en comportamientos prácticos, en prácticas normadas, etc. De esta forma, los individuos actúan conforme a sus ideas (ideología) y ponen en sus actos prácticas materiales: Es así como sus ideas van a existir a través de sus actos o como lo define Althusser, a través de actos insertos en prácticas. Siendo estas prácticas normadas por rituales en los que se inscriben esas prácticas, en este sentido, la materialidad se refleja mediante una frase, una señal, una mirada, un discurso verbal externo o interno, etc.
Con estas dos tesis, Althusser enuncia otras dos tesis complementarias: 1. No hay práctica sino en y por una ideología y 2. No hay ideología sino por y para sujetos. Respecto a la tesis de que no hay ideología sino por y para sujetos, Althusser desarrolla la categoría del sujeto, ya que la categoría de sujeto es categoría constitutiva de toda ideología. Para Althusser, lo propio de toda ideología es imponer “las evidencias como evidencias” sin que se advierta que se trata de evidencias, es decir, que todo sujeto practique en rituales de reconocimiento ideológico y que las reconozca como lo que es y debe ser. De acuerdo a su teoría sobre la ideología, todos los sujetos son destinarios de la ideología y constituidos por ésta; y soportes materiales. En este sentido y en primer lugar, la ideología se presenta en el sujeto como un “reconocimiento” el cual tiene un efecto de imponer evidencias a ellos, los cuales no las desconocen precisamente porque éstas no aparecen como imposiciones y de manera evidente. En segundo lugar, la ideología interpela a los individuos en cuanto sujetos (Althuser, 1974: 138), es decir, los individuos se convierten en sujetos al reconocer la ideología y el individuo está siempre inmerso en una ideología. Los sujetos se someten de manera libre y reconocen a la vez, un sujeto único en el que se ven reflejados y reconocidos. De esta forma, la ideología “recluta” a sujetos entre los individuos mediante la operación de interpelación. Por último, Althusser afirma que “Lo que parece acontecer en las afueras de la ideología acontece en realidad en la ideología. Lo que sucede en realidad en la ideología parece acontecer, por tanto, fuera de ella” (Althusser, 1974: 142). Esto significa que, en realidad, los sujetos que se sientan fuera de una ideología, en realidad están inmersos en ella. Esto es un efecto de la ideología, en tanto que busca la negación práctica de su carácter, ya que evidentemente, una ideología nunca va a reconocer su papel ideológico.
Como conclusión de este apartado podemos afirmar que en primer lugar el rol de la ideología, junto con lo que Althusser llama aparatos ideológicos de Estado, es fungir como el mecanismo que subyuga a los individuos para convertirles en sujetos funcionales tanto en sentido técnico como espiritual, presentándoles cierto número de realidades en forma de instituciones precisas y especializadas. Podríamos decir que la ideología es la relación que existe entre los individuos, sus aspiraciones o incluso la percepción de sí mismos y el mundo y las condiciones materiales de su existencia.
En segundo lugar, Althusser postula que la ideología no tiene historia y lo afirma porque su estructura tiene una realidad que está fuera del tiempo histórico o cronológico. Y aunque la ideología deviene de un proceso histórico, trasciende a la historia misma ya que tiene una conformación estructural distinta y también una funcionalidad diferente. La ideología es una construcción fuera de esta realidad, es ahistórica porque no tiene una historia de sí misma.
Y en tercer lugar, la ideología se presenta en el modelo reproductor, el cual está definido por sistemas de significados y representaciones y valores que son incluidos en prácticas concretas, lo cual le otorga una existencia material. En términos generales, la ideología tiene poco que ver con la conciencia, es decir es inconsciente, es un sistema de representaciones de tipo imágenes y de conceptualizaciones. Es inconsciente en el sentido en que los individuos no son conscientes de que se les está imponiendo una ideología o que su sistema de creencias, valores y comportamientos está condicionado por dicha ideología. Sin embargo, la clase dominante si crea y reproduce esa ideología de forma consciente, con el fin de asegurar la reproducción de las relaciones de producción y de legitimar su dominio sobre la clase explotada.
Propuesta y postura teórica de Christian Baudelot y Roger Establet.
Baudelot y Establet, en concordancia con Althusser, plantean que la
escuela es un aparato ideológico de Estado. Mencionan que la visión tradicional
y apegada a la ideología burguesa difunde la idea de que la escuela tiene como
objetivo generar una cultura común en todas las personas que la frecuentan, que
dentro de la escuela las diferencias se terminan -al menos los primeros años- y
que todas por igual se impregnan del conocimiento que se imparte debido a su
carácter democratizador. Sin embargo, los autores consideran que esta es una
imagen mistificada de la escuela y que para lograr verdaderamente que esta
tenga una función unificadora, hay que terminar con la ideologización de ella,
quitar la máscara para poder apreciar las distintas realidades y sus necesarias
contradicciones.
Una de esas realidades es que la escuela, como la sociedad misma, tiene
como base la división en dos clases antagónicas y la dominación de una sobre
otra. Y que la escuela no es del todo gratuita, ni democratizadora, ni unificadora,
lo es solo para aquellas personas que la recorren por entero y que cumplen los
requisitos. Según los autores, este sector es generalmente originario de la
burguesía o la pequeña burguesía. Ejemplifican: “Para una persona que abandona la escuela después de la educación
primaria no existen grados sino discontinuidades radicales, no existe siquiera
la escuela como tal sino redes de escolarización” (Baudelot y Establet,
1975: 21).
Baudelot y Establet afirman que la función de la escuela sólo puede entenderse en relación con su papel en la producción de la fuerza de trabajo, en la acumulación de capital y en la reproducción de la ideología dominante. Afirman que la dominación que se manifestaba en todas las escuelas (cabe aclarar que ellos se referían a las escuelas francesas de entre 1965 y 1975) se expresaba mediante la imposición de la ideología de la clase dominante, pero existía una cierta resistencia a esa ideología por parte de los jóvenes que eran hijos de la clase obrera. Las ideologías que se asientan en los espacios escolares, tienen una lógica basada en la relación de clases antagónica y en prácticas estructuradas que permiten el funcionamiento de esos espacios. Es por ello que existen dentro de las escuelas ideologías de oposición, de las cuales su motor es la resistencia estudiantil. Los estudiantes hijos de padres pertenecientes a la clase obrera no solo encuentran la fuente de esa conciencia (de su resistencia) dentro de la escuela, sino también fuera de esta: En la familia, el “barrio”, culturas juveniles, etc.
En su estudio, Baudelot y Establet, comienzan afirmando que la escuela es un aparato ideológico del Estado, lo que significa que es un instrumento de la lucha de clases. Afirman que en todas las escuelas capitalistas existentes del mundo, hay rasgos comunes: División en dos redes, dominio de la ideología burguesa, rechazo de la ideología proletaria, etc.
Esta teoría se considera economicista porque construye un marco de inteligibilidad desde un enfoque económico para explicar distintos aspectos del fenómeno educacional. Es decir, considera que la esfera económica ́ atraviesa y determina las relaciones sociales dentro de la escuela tal y como lo plantea la visión marxista de la sociedad retomada por Althusser, en donde la base económica determina a la superestructura.
Redes existentes en las prácticas escolares.
Los autores distinguen dos redes de escolarización: La red primaria-profesional (PP) y la red secundaria-superior (SS). Las dos redes reproducen la división social del trabajo y, más concretamente, la división existente entre trabajo manual y trabajo intelectual. Los contenidos, las prácticas, el trabajo escolar y las pedagogías son, en consecuencia, diferentes en las dos redes. Las prácticas escolares se caracterizan, en la red PP, por la repetición, por su orientación al estudio de lo concreto, por la importancia que se le da a “lo práctico”. La red SS se orienta más a la competitividad, la selección y el culto a la individualidad, su fin es reproducir los intereses de la burguesía.
Estas dos redes en las escuelas, se diferencian por las prácticas escolares, las cuales dan paso a diferencias sistemáticas. Una red la conforman las clases “normales” y la otra red la conforman las clases de transición. La diferencia se distingue en que las clases “normales” (SS) están a cargo de profesores y un institutor asume la responsabilidad de las primeras clases, asegurando la enseñanza de todas las materias. Los alumnos, en las clases normales, cambian de salón acorde a la diferenciación de las materias. Por otro lado, en la red conformada por las clases de transición (PP), éstas se encuentran separadas en edificios parte, al fondo de los corredores o en pisos determinados.
Clases “normales”. (SS). | Clases de transición y prácticas. (PP) |
El trabajo escolar de estos alumnos es controlado y sancionado mediante expedientes y cuadernos de calificaciones (libros). | En estas clases, los libros no existen, únicamente se utilizan cuadernos. |
Se enseñan matemáticas, literatura, etc. Es decir, la materia en sí. | Se enseñan cálculo, dictados y vocabularios. Únicamente prácticas o ejercicios de la materia, más no la materia en sí. |
Se sujetan a programas escolares. | No están sujetas a ningún programa. |
Esa diferenciación de trato, afirman los autores, se presentan en todas las prácticas escolares y en todos los niveles. En cuanto a la red de SS y la red de PP las diferencias son:
Red PP | Red SS |
Esta red está dominada por su base, que es el elemento primario. | Esta red está dominada por su fin, que es el elemento superior. |
Aquí se realizan prácticas de repetición, de insistencia. | Aquí se realizan prácticas de continuidad, progresivamente graduadas. |
Esta red tiende a “”ocupar” y a “cuidar” a los estudiantes de la manera más económica y menos directa posible. | Esta tiende a la emulación y a la selección individual. |
Coloca en primer plano la observación de lo concreto a través de la lección de cosas. | Se mantiene sobre el culto del libro y la abstracción de los contenidos. |
La diferenciación entre la SS y la PP se explica a partir de cuatro premisas:
1. La red PP está dominada por su base y la red SS por su fin: La red PP permanece dominada en su contenido y en su administración por los principios que regían en ese momento, la enseñanza primaria francesa. Los elementos secundarios y superior de esa red, no hacen más que repetir, revisar, profundizar y consolidar los conocimientos que se adquirieron en la primaria, es por esa razón que se afirma que los elementos secundarios y superior del PP solo reproducen el elemento primario. De esta forma, esta red busca distribuir a los jóvenes de las clases populares en lugares ya definidos por la división social del trabajo, dándoles cómo único instrumento la formación elemental. Esta red contiene una educación que es limitada y total. Total en el sentido en que no solo es técnica, sino que también se pretende moral, cívica, social e intelectual. Otro aspecto es que la enseñanza de las ciencias está limitada y solo se enseñan algunas nociones fundamentales, pero no numerosas.
De manera contrario, la SS está dominada por su fin, el cual es aspirar a la enseñanza superior, ya que es para la cual prepara a los estudiantes. En esta red surgen criterios que miden el valor escolar y de los alumnos, categorizándolos en “brillantes” y “distinguidos”. El criterio de evaluación y distinción de los alumnos se da en función de que tan “lejos” lleguen en cuanto a la resolución de diversas preguntas. El grado de avance es el único criterio que determina la calificación. Una diferencia notoria con la red PP es que en esta red, la resolución de problemas representa un dominio más complejo, en relación con la resolución de los ejercicios, esto es porque el problema implica un razonamiento y el razonamiento implica una enseñanza más superior.
2. Gradación y repetición: Los programas de la red SS están definidos por su continuidad y su gradación, es decir, está dividido por niveles pero a su vez estos niveles deben “encajar” entre sí. En este sentido, se puede decir que los elementos no valen por sí mismos, sino por el lugar que ocupan en esa secuencia. (Baudelot y Establet, 1975: 122). Sin embargo, estos programas y los niveles de gradación son arbitrarios, ya que solo tienen sentido en función de la ideología que realizan.
Por otro lado, en la red PP las clases (de transición) están organizadas de tal forma que únicamente se centran en el reaprendizaje de las técnicas de base, es decir, en la repetición de conocimientos que ya se vieron en niveles anteriores. Los temas son estudiados en sí de manera “autónoma”, por lo que no existe una “secuencia” de conocimientos. El fin de esto es que esa práctica escolar no sea compatible con la red SS y que los alumnos de la red PP tengan dificultad en incorporarse a la red SS.
3. Selección individual y “dejar hacer”: En la red SS, el trabajo escolar se basa en la selección, la emulación y el culto a la originalidad. Se trata de dejar a los estudiantes una serie de trabajos escritos en donde desarrollen sus habilidades de escritura, se les dejan tareas para su casa, etc. Se les somete a ejercicios obligatorios, los cuales permiten que los alumnos vayan distinguiéndose los unos de los otros. El propósito aquí es que los alumnos busquen triunfar más que los otros. Como caso contrario, en la red PP domina una pedagogía de la holgazanería o del dejar hacer. Los alumnos de esta red no están sometidos a programas, a tareas, a lecciones o calificaciones, etc. Lo que se busca en todo caso, es dejar “hacer” a los estudiantes lo que ellos deseen, con el fin de mantenerlos ocupados o “lo más contentos que se pueda” (Baudelot y Establet, 1975: 126). Esto como respuesta a su nulo interés en las clases. Sin embargo, el “dejar hacer” tiene un efecto: El de diferenciar a estos estudiantes y categorizarlos como “anormales” en comparación con los estudiantes de la red SS que sí son “normales”, con esto se refuerza la exclusión social.
4. El culto del libro y lección de las cosas: En la red SS, se profesa un culto al libro, esto debido a que la realidad solo puede ser conocida a través de este. Por el contrario, en la red PP el libro no adquiere el mismo significado, sin embargo, para abstraer la realidad en lugar del libro se utiliza la lección de las cosas. La lección de las cosas consiste en observar, tocar, experimentar y tocar para después reflexionar, analizar, generalizar y dominar.
Cultura en las redes SS y PP.
Los autores afirman que la dominación ideológica en la red SS se da mediante una forma a la que la ideología dominante llama “Cultura”. En la red PP, por el contrario, el contenido ideológico que se transmite no es la “cultura” impartida en la SS, sino un subproducto ideológico que deriva de esa cultura. Esta subcultura es fabricada de forma deliberada e intencionada por personales especializados, con el fin de trasmitirla únicamente a los estudiantes de la red PP. Las diferentes disciplinas o materias por tanto, no son enseñadas de la misma manera a la clase dominante que a la clase explotada. La transmisión meramente “cultural” (de la verdadera cultura, es decir de la cultura de la ideología dominante) se destina únicamente a los hijos de la burguesía, los cuales deben cumplir con una serie de principios y reglas y estar sometidos a vigilancia con el fin de oponerlos al mundo “vulgar” (a la realidad de la clase explotada). Esta cultura de la clase dominante consiste en: Crear un universo de reglas y de héroes, de excepciones y virtudes, de declinaciones y bellezas. (Baudelot y Establet, 1975: 133). En todo caso, la clase dominante necesita de esa cultura para reforzar su unidad ideológica y para diferenciarse de las clases dominadas, al mismo tiempo en que imponen y aseguran su dominio. La subcultura destinada a la clase explotada o dominada, se transmite por medio de materiales ideológicos, los cuales pueden ser libros de texto, en los que se refuerza la idea del trabajo del respeto a la división social del trabajo.
Para los futuros proletarios, se les impone un cuerpo de ideas burguesas simples, por el lado contrario, a los futuros burgueses se les transmiten aprendizajes para poder convertirse en actores de la ideología burguesa. Evidentemente, la inculcación de la ideología dominante se presenta mediante diversas formas, pero el contenido ideológico es el mismo: El de reforzar y reproducir la división de clases.
Relación entre la postura de Baudelot y Establet y la postura de Althusser.
Baudelot y Establet, en concordancia con Althusser, plantean que la escuela es un aparato ideológico de Estado. Mencionan que la visión tradicional y apegada a la ideología burguesa difunde la idea de que la escuela tiene como objetivo generar una cultura común en todas las personas que la frecuentan, que dentro de la escuela las diferencias se terminan -al menos los primeros años- y que todas por igual se impregnan del conocimiento que se imparte debido a su carácter democratizador. Sin embargo, los autores consideran que esta es una imagen mistificada de la escuela y que para lograr verdaderamente que esta tenga una función unificadora, hay que terminar con la ideologización de ella, quitar la máscara para poder apreciar las distintas realidades y sus necesarias contradicciones.
Una de esas realidades es que la escuela, como la sociedad misma, tiene como base la división en dos clases antagónicas y la dominación de una sobre otra. Y que la escuela no es del todo gratuita, ni democratizadora, ni unificadora, lo es solo para aquellas personas que la recorren por entero y que cumplen los requisitos. Según los autores, este sector es generalmente originario de la burguesía o la pequeña burguesía. Ejemplifican: “Para una persona que abandona la escuela después de la educación primaria no existen grados sino discontinuidades radicales, no existe siquiera la escuela como tal sino redes de escolarización” (Baudelot y Establet, 1975: 21).
Baudelot y Establet siguen el postulado principal de Althusser, la ideología. La ideología de la clase de masas es originada fuera de la escuela, es decir surge como un “instinto” de clase frente al trabajo de las industrias. No existe en la institución escolar, sino que son presentados como resistencias, lo que ocasiona que la escuela sea el aparato que reprima. Esta premisa puede observarse no solo desde el sistema educativo, económico o social, sino desde un aparato escolar que desarrolla la dominación de las masas ante la ideología burguesa a partir de la posición que juega el proceso de producción (obreros /asalariados y dueños de los medios de producción) De igual manera, para estos autores el papel de la escuela es reproducir la organización de la fuerza de trabajo. (Giroux, 1985: 74).
Bibliografía:
Althusser,L (1974). La filosofía como arma de la revolución: “Ideología y aparatos ideológicos de Estado”. Siglo XXI editores. Madrid.
Baudelot, C y Establet, R (1975). La escuela capitalista: “Introducción”. Siglo XXI editores. Madrid.
Baudelot, C y Establet, R (1975). La escuela capitalista: “Las dos formas escolares de inclusión de la ideología burguesa”. Siglo XXI editores. Madrid.
Giroux, H (1985). Teorías de la reproducción y la resistencia en la nueva sociología de la educación: Un análisis crítico. Cuadernos políticos, número 44, Mèxico. Pp 70-77.





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