Tercera entrada. Equipo 3
Propuesta reproduccionista de Pierre Bourdieu y J.C. Paseron
Pierre-Félix Bourdieu nació en Denguin, Francia, el 1 de agosto de 1930 estudio filosofía en parís en la École Normale Supérieure y en la Sorbona, desde 1955 ejerció como profesor en varios rincones del, por aquel entonces, Imperio Francés.
Es considerado uno de los mejores críticos del neoliberalismo y los medios de comunicación.
Nacido
en Niza en 1930, Jean-Claude Passeron estudia filosofía en la Escuela Normal Superior en
los años 50. Allí seguirá con interés las clases del joven Michel Foucault, entre otros, y
coqueteará levemente con la psicología antes de obtener la agregación y
orientarse definitivamente hacia la sociología. Trabaja entonces con Pierre
Bourdieu, publicando con él dos obras que se
convertirán en clásicos indiscutibles de la sociología de la educación: Los
Herederos, en 1964, y La Reproducción, en 1970. Junto con
Jean-Claude Chamboredon y Pierre
Bourdieu, publican también en esos años El
oficio de sociólogo, obra de referencia de metodología y epistemología de las ciencias sociales.(obtenido de https://es.linkfang.org/wiki/Jean-Claude_Passeron)
Propuesta reproduccionista y su relación con la reproducción cultural.
El poder simbólico
La propuesta que Bourdieu construye gira en torno al poder simbólico en el cual los símbolos so parte clave para la reproducción cultural ya que estos son los que logran un “consenso” con respecto al sentido del mundo y con ello, generan integración social. El poder simbólico modifica las relaciones de poder y así logra legitimarlas. Dentro de su propuesta la cultura es tomada como una forma de legitimar y camuflar la opresión social, pero de igual manera toma las estructuras económicas y políticas en donde la dominación toma lugar. Es por ello que Bourdieu afirma que dentro de la cultura existe la política –“la cultura es política” (García; 1990, 42).
Uno de los conceptos principales de Bourdieu es el de “habitus”, el autor reconstruye este concepto con base al proceso en el cual, lo “social” logra interiorizarse en los individuos y así mismo consigue que las estructuras objetivas se relacionen con las subjetivas; dentro de este proceso, el habitus también crea “prácticas individuales y distintivas”, reflejando en la conducta una percepción, un pensamiento y una acción. “El habitus “programa” el consumo de los individuos y las clases, aquello que van a “sentir” como necesario” (García; 1990, 36). Es decir, el habitus es la mera expresión de la esencia del individuo que se regula través la vida cotidiana, que a su vez se encuentra condicionado por el capital global. El habitus permea la acción y las condiciones de existencia de los individuos y del grupo, y en sí, de la clase social -regula como clasificar y experimentar la realidad-. Sin embargo, aunque el habitus reproduzca practicas especificas con respecto a su contexto, este también da “apertura de posibilidades históricas diferentes” (García; 1990, 36), es decir, este es dinámico, y también puede producir prácticas “transformadoras”.
Su aporte desde el Arte
Desde la perspectiva de Bourdieu, las clases sociales no solo se diferencian una de otra por su capital económico, sino también por las prácticas culturales que tienen cada una de ellas. Los privilegios no solamente se basan en cuestiones meramente referentes a la acumulación de riqueza, sino también al capital cultural de cada clase social. Para poder entenderlo mejor, García Canclini lo plantea de la siguiente manera: “así como hay divisiones en el proceso educativo, las del campo artístico consagran reproducen la asimilación entre los grupos sociales” (García, 1990;25)
La escuela, la cultura y el arte se van a ver permeados del reproduccionismo de clase social en una sociedad donde (retomando a Establet y a Baudelot) se trata de brindar de manera homogénea la educación a todos los individuos, la realidad es que la diferenciación entre la clase dominante y la clase dominada se va a ver reflejada en la forma en la que los individuos perciben una obra de arte, por ejemplo.
Si bien, es una realidad que la educación es accesible a todas las clases y a los museos tienen acceso todos por igual; el capital cultural que va a tener cada individuo, va a diferenciar la manera de interpretar lo que se está apreciando.
¿Quién define qué es bello y qué es estético en cuestión del arte? El buen gusto, las bellas artes, la alta cultura va ser definida también por la clase dominante, el gusto legítimo como lo menciona García Canclini. Una persona acceder a estudios superiores, que gracias a sus conocimientos va a poder darle distintos significados a lo que ve según su capital cultural, se va a diferenciar abismalmente de alguien que no va a poder degustar de la misma manera el arte como lo haría alguien que sólo ha podido cursar la educación básica.
Ya lo dijo García “Entonces, pareciera que quien pueda gozar el privilegio de con base en su conocimiento, es resultado de la desigual división histórica entre clases.” (García, 1990; 33).
Intento por crear un modelo único de enseñanza
En su teoría de reproducción Bourdieu y Paseron tienen dos objetivos: Crear un modelo de educación único que pueda ser reproducido en cualquier sociedad y poner al descubierto la forma de reproducción de conocimiento de la escuela, pero esto genera dos grades contradicciones que serán presentadas más adelante.
De la relativa autonomía del sistema escolar nace la enseñanza de manera específica e insustituible a las estructuras sociales. La reproducción de las relaciones de clase es también parte de una acción pedagógica que se ejerce sobre quienes recibieron de su familia o de la educación primera, un capital cultural y por otro un conjunto de posturas con respecto a la cultura. Cada acción pedagógica se diferencia de acuerdo con las diferentes caracterizaciones culturales preexistentes de los sujetos y que son de naturaleza social. Así, la escuela cuando se dispone a sancionar estas marcadas diferencias solo contribuye a reproducir la estratificación social y a legitimarla, asegurando su interiorización y convenciendo a los individuos de que esta no es social, sino natural, así es como la reproducción se ve más abarcadora dentro del cuerpo docente y en la escuela como un sistema.
Existe un riesgo de caer en el pesimismo sociológico que, al destruir todas las propuestas de intervención, ya sean reformistas, racionalizadoras o revolucionarias, termine por convalidar como legitimo el status quo. Sin embargo, hay elementos de contradicción: el primero es connatural de los procesos de socialización, en particular los determinados por el ambiente familiar y por la relación padres- hijos; el segundo elemento surge entre las expectativas que el sistema educativo y cultural pone en términos de liberación, autorrealización y movilidad social.
En “el hijo del pelicano puede matar al padre” recordamos que todo poder que logra imponer significados como legítimos, agrega su propia fuerza a las relaciones de fuerza. Y toda acción pedagógica es violencia simbólica al momento de imponer a través de una arbitrariedad cultural. Así, la autoridad pedagógica y la autonomía relativa de la instancia implica necesariamente como condición social de ejercer su tarea. Su trabajo es inculcar una formación durable, es decir, un habitus producido por la interiorización de los principios de una arbitrariedad cultural con el peligro de perpetuarse. Sin embargo, estos conceptos solo son adecuados para afirmar que se trata de una reproducción.
El hombre no es pelícano. No sólo la escuela, sino también las relaciones de clase y reproducción y las relaciones son la naturaleza forman a los hombres, confirman o niegan teorías y culturas, reproducen, modifican o destruyen clases. Aunque el proceso de instrucción en sí no es solo un proceso de reproducción. Violencia es también enseñar a los alumnos que todavía son páginas en blanco, los valores y la arbitrariedad cultural de una clase particular. Contra la violencia simbólica no hay defensa. El contenido de la enseñanza no es arbitrario.
Las necesidades individuales naturales o determinadas socialmente, se escapan a las determinaciones conscientes del hombre y son indispensables para definir los criterios de una lucha política en la escuela.
La escuela formativa de personalidad del hombre que preexiste a su educación y no necesita la instrucción para su autorrealización. No todas las enseñanzas son igualmente arbitrarias y es la práctica de esta la que no marca precisamente que enseñanzas están más en sintonía con tales alumnos. El momento de transmisión de una cultura es si no existieran los patrones y el beneficio se produzca la transmisión en la escuela o fuera de esta. Así, se esperaría que el pelícano esperara del huevo un programa más adecuado con un animal perfecto, de dicho modo hasta que este mismo pudiera rebelarse contra él.
Relación con el Marxismo e Influencia con otros autores
Bourdieu examina la propuesta de Marx en tres sentidos. El primero refiere que si Marx toma como referencia las bases materiales para explicar lo social, entonces asimila sólo una perspectiva funcional de las instituciones. En una primera instancia la escuela pareciese que tiene como función transmitir el conocimiento, sin embargo, esa función se encuentra subordinada a otra. Bourdieu realiza un análisis mucho más completo e integro al de Marx, puesto que Marx deja de lado el “consumo” y los “procesos de simbólicos” de reproducción social. Bourdieu manifiesta y esclarece que la desigual económica y la desigualdad cultural son equivalentes y sobre todo, se complementan.
El segundo sentido que Bourdieu analiza son “la determinación, la autonomía relativa, la pluralidad e interdependencia de funciones” (García; 1990, 44). Por ejemplo, la escuela tiene la función de reproducción económica, de atribuir la fuerza de trabajo y así incorporarla al mercado laboral). Sin embargo, Bourdieu afirma que las escuelas van más allá de ello, puesto que las escuelas son dinámicas y van cambiando con respecto se vaya dando la lucha de clases. Es justamente por ello que Bourdieu rechaza el concepto de “aparatos ideológicos” y también la concepción de que son “maquinas infernales” que sólo tienen un objetivo programado. “Un campo se vuelve un aparato cuando los dominantes tienen los medios para anular la resistencia y las reacciones de los dominados” (García; 1990, 45).
El tercer sentido refiere que la teoría marxista “combina los casos concretos y las preatenciones universales en la construcción del objeto de estudio” (García; 1990, 46), es decir, hace el análisis del exterior del sistema social que tiene como objeto. Este es una diferencia concreta entre Marx y Bourdieu, puesto que Bourdieu está en contra de ese tipo de análisis e incluso afirma que nunca se debe de realizar de esa forma, ya que las estructuras que se están luchando en contra son las que llevan “dentro” quienes luchan puesto que son las que participan en la misma sociedad.
Bourdieu roba el concepto de la economía, lo extiende hacia los bienes culturales.
Bourdieu hace una crítica a la teoría del capital humano "cuánto más se invierta en educación, mayores serán los beneficios o réditos económicos para dicha inversión educativa", Bourdieu dice que esto es una falacia ya que el rédito o beneficio depende de mi éxito o fracaso escolar, y si ese éxito o fracaso no depende del tiempo que se dedique al estudio sino a una transmisión de capital cultural. Capital cultural para él puede aportar diversas formas, incorporando en saberes en los sujetos, objetivado en forma de bienes culturales o institucionalizados.
Tiene relación en cuanto a la construcción del concepto de violencia simbólica y arbitrariedad cultural pues esta concepción tiene importantes tintes marxistas de lucha ideológica. Consiste en asimilar el aparato escolar, que opera a imposición y disposición de la clase dominante, establece e impone jerarquías y finalmente oculta tras cortinas la realidad de las relaciones sociales dentro del contexto empírico.
Capital cultural, violencia simbólica y arbitrariedad cultural
Cada clase social dispone de capital cultural, esto se demuestra en la forma de hablar, en la música que nos gusta, en la forma de ver la vida, pero ¿Qué es el capital cultural?
Según Bourdieu capital cultural es el cumulo de saberes y aprendizajes obtenidos de la familia, la escuela y los pares, este enfatiza las diferencias de clase como causantes del mérito escolar o los beneficios obtenidos en el mercado escolar, es considerado un capital ya que puede acumularse con el paso del tiempo teniendo una transmisión generacional siendo un condicionamiento de la reproducción social. Este se presenta de 3 distintas formas capital cultural incorporado, capital cultural objetivado y capital cultural Institucionalizado. Es en este último donde la escuela juega un papel indispensable para su reproducción
Capital cultural incorporado: este capital es en forma de habitus es decir en disposiciones durables y duraderas que me permite crear, mediante determinado tiempo de inculcación y asimilación de saberes, esquemas de percepción sobre la realidad.
Es acumulable, estos esquemas de apreciación y acumulación permiten desarrollar estrategias de conservación y reproducción de su propio capital y del orden social. El capital cultural puede ser transferible, su transmisión suele ser invisible, pasa por Innato y meritorio, cuando más capital adquiere y suma una persona, pasa como si fuera mérito suyo y no de la familia. El capital incorporado es el más fácilmente convertible en capital simbólico, símbolo de la distinción de los saberes que acredita, y la escasez de personas que tienen ese nivel cultural.
Capital cultural objetivado: este capital es mediante bienes culturales, tales como libros, pinturas, esculturas. Estos son vistos como la forma objetiva de la cultura. Son económicamente transferibles, uno puede comprar obras de arte, libros, sin embargo, las condiciones de adquisición o apropiación requieren de las disposiciones subjetivas en forma de capital cultural incorporado. Si uno no tiene capital cultural incorporado, no va a entender un libro por más que lo compre o tener del capital cultural económico para comprar a quien sí posea ese capital cultural y no lo puede interpretar.
Los campos de distribución y adquisición de los bienes culturales parecen tener su lógica propia, sin embargo, siempre dependen de la existencia de agentes con capital cultural incorporado que estén dispuestos a disputarse ese capital para poder obtener el rédito o ganancia que su posesión otorga al agente o clase social dominante.
Capital cultural Institucionalizado: La capacidad que tiene un grupo determinado de acreditar determinados saberes, es decir capital cultural incorporado a determinados agentes que lo poseen. Acreditar es reconocer el título acredita un valor convencional constante y garantizado de los conocimientos que este agente posee. Puede variar, hay personas que tienen menos capital cultural del cual su título debería acreditar y hay personas que tienen más capital del que su título acredita
Es el más fácilmente convertible en otra forma de capital, ya que determinado capital institucionalizado en forma de un título implica: determinado suelto, determinado salario y a determinados títulos les corresponden determinados honorarios y se convierte en capital simbólico de reconocimiento. El sistema educativo reproduce la estructura de capital cultural de una clase social dominante.
Violencia simbólica y cultura arbitraria
Para la reproducción de una cultura es necesaria una cultura académica arbitraria en donde la validez provenga únicamente de la cultura de las clases dominantes, la cual se impone al resto de la sociedad y es visto como un conocimiento puramente objetivo y del uso de la violencia simbólica para poder imponer la cultura de la clase dominante, desvalorando a cualquier otra cultura. Es importante el uso de la violencia simbólica porque el uso de cualquier otra violencia seria explícito y visible por lo cual el alcance de reproducción de un modelo seria corto.
Ahora, la cultura académica es arbitraria porque la imposición de la cultura dominante no es lógica ni razonable puesto que no hay ninguna excusa entendible para ensalzar esta cultura sobre las otras. Marx y Altusser ya lo decían la única razón por la que se toma o mejor dicho se impone la cultura dominante como base para la educación es la necesidad de la reproducción del modelo de economía y sociedad capitalista que necesita de obreros calificados y no sobre calificados. Al imponérsele una cultura distinta a la suya a los hijos de obreros se les pone trabas en tu trayectoria escolar Subirats menciona que si se le impusiera el modelo de educación francés a los españoles esto sería imposible de reproducir para ellos ya que no están familiarizados con la cultura francesa.
Lo mismo pasa entre los hijos de proletariados y de burgueses ya que al imponerse arbitrariamente la cultura de los burgueses es claro que los hijos de estos concluirán sus estudios de manera satisfactoria, pero a los otros se les ira obstaculizando ya que no están familiarizados con esta además de que su capital cultural no les facilitara este tipo de aprendizajes que son tomados con superiores, pero se les facilitara otros con los que están más relacionados quedando relegados a las actividades económicas que presentaban los padres , reproduciendo las relaciones sociales existentes.
En cuanto a la violencia simbólica, esta es un tipo de violencia que se ejerce mediante lo verbal y de contenido, ya se mencionaba anteriormente que es una forma de subordinar a ciertos sectores sociales desvalorando su cultura y ensalzando otra. Esto se ve reflejado en el contenido de las escuelas. Poco se estudia sobre la historia de Africa o de Asia, pero los libros de historia universal están llenos de historia Europea, ¿Te has preguntado porque? Este es un ejemplo de violencia simbólica en donde es más importante estudiar los modelos de economía de los países que son potencia mundial que la cultura de los demás países que no lo son.
Ejemplos de esto al final
Bibliografía:
Bourdieu, Pierre (1987) “Los Tres Estados del Capital Cultural”. Revista Sociológica. No. 5, otoño 1987. México. Pp. 11 a 17.
Bourdieu, Pierre y Jean Claude Passeron (1977) “Introducción a la edición Castellana”, “Introducción a la edición italiana” y “El hijo del pelícano puede matar al padre”. En: La Reproducción. Editorial Laia. Barcelona. Pp. 9 a 33
Bourdieu, Pierre y Jean Claude Passeron. (1998) “La reproducción”. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza, Fontamara, México, D. F.
García Canclini, Néstor (1990) “Introducción. La sociología de la cultura de Pierre Bourdieu”. En: Bourdieu, Pierre, Sociología y Cultura. CNCA-Grijalbo. México. Pp. 9 a 50.
Jean-Claude Passeron - es.LinkFang.org. (s. f.). LinkFang. Recuperado 6 de mayo de 2021, de https://es.linkfang.org/wiki/Jean-Claude_Passeron
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Autoras:
Carla Jannet Chimal Lima
María Fernanda Vázquez García
Lesly Pérez Ramírez
Emma Daniela Marín Ávila
Brenda Elizabeth Fragoso Montoya



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